Entrevista a la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras
Entrevista a la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras

Visitamos a una de las bandas de música insignia de la semana santa andaluza
Para esta ocasión, me desplacé a la bellísima localidad sevillana de Salteras, para conocer a una de las bandas de música “insignia” de la semana santa andaluza. Hoy tengo el placer de entrevistar a la Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora del Carmen, una de las bandas de música con más historia y recorrido de toda la geografía andaluza. Me han recibido en una sala de ensayo espectacular, poco frecuente de poder verse, con una acústica técnicamente perfecta.
En esta entrevista pude contar con la presencia de David Gómez Ramírez (director artístico), Jorge Valera Ledo (presidente), Cándido López (Tesorero), Gerardo Santos (Vicetesorero) y Juan Peces (Vocal y responsable de logística). Quiero agradecer profundamente el interés, el trato y el cariño recibidos por toda su junta directiva desde el mismo momento en el que desde mi parte manifesté mi interés por entrevistarles. Cierto es que este trato no me pilló de sorpresa; ya que, gracias a mi siempre compañera, amiga y eterna hermana Arantxa (que lograba percibir su presencia ensayando allí con sus hermanos carmelitas); me pudo contar en innumerables ocasiones el significado para ella de tocar en el Carmen de Salteras.
Un trato, en la línea de una calidad que va más allá de la musical (conocida por todos); una calidad humana, cercana, de tú a tú, como si ya nos conociésemos de antes, era como estar en casa… Efectivamente; Arantxa no se equivocaba cuando decía “Mi Carmen es mucho Carmen”… Me deleitaron en su ensayo con diferentes piezas musicales que estaban preparando para la presente cuaresma; entre ellas, la marcha procesional “Sevilla bajo palio”, del compositor Héctor Guerrero Rodríguez e instrumentada por David Gómez Ramírez; la cual fue ejecutada de manera magistral.
-Tocar detrás de cualquier imagen será siempre algo muy especial para cualquier músico cofrade; pero ¿qué significa para vosotros tocar detrás de la Esperanza Macarena?
Jorge nos cuenta que tocar detrás de la Macarena es un privilegio y eso lo tenemos clarísimo y; de la mano de ese privilegio, tenemos una gran responsabilidad. Es muy duro hacer frente a ponerse detrás de la advocación mariana por excelencia, al menos así lo creemos nosotros. Tocar detrás de la Macarena es algo que pesa, pero también te aporta una energía que no se puede explicar, por eso es tan bonito. Todo lo que no tiene explicación es lo que resulta más especial. Te llega al alma.
Para una banda como la nuestra, que lleva tantos y tantos años tocando detrás de la Macarena, es una cosa muy difícil de disociar. La sensación que se tiene cuando estás en la basílica y sabes que eres una de esas pocas personas que pueden estar ahí en ese momento, no se puede describir. Es algo tan impactante y tan bonito, que entendemos que cada año hay que disfrutarlo más que el anterior.
-Sois una banda que suena cada año mejor que el anterior ¿Cómo es vuestro método de trabajo para tener el éxito que tenéis?

Estoy es como Julio César cuando va a preguntarle a los galos cuál es la fórmula de la pócima secreta.
Nosotros estamos muy bien considerados en el mundo cofrade a base de dejarnos el lomo. Al Carmen se le mira siempre con lupa y se le exige al máximo; no sólo en la Macarena, si no en todas nuestras actuaciones.
Juan nos cuenta, que, en su primera semana santa, en un momento determinado del Viernes Santo con la Hermandad de la O, dejó por unos instantes de tocar porque estaba asombrado de cómo sonaba la banda. Ahí es cuando nos damos cuenta que nosotros mismos nos creamos esa auto – exigencia.
–Contadnos un poquito cómo funciona el aula de música.
Tenemos la suerte de tener una cantera que en los últimos años ha dado muchos músicos a la banda; que es lo que le da la esencia a la banda del Carmen, porque son músicos formados aquí.
Aquí llamamos “el veneno del Carmen” a esos “saltos” que dan los músicos desde su formación en esta casa, pasando por la juvenil y llegando a la banda grande, donde pasar de aprender, a ser formadores de la siguiente generación de músicos.
La base de nuestro proyecto siempre ha sido la cantera.
David nos dice que el secreto es mantener el estilo de la banda. El estilo es muy importante y eso se mantiene con la gente veterana, que lleva toda la vida aquí; que de alguna manera es la que se encarga de transmitir esa manera de tocar a los músicos que entran nuevos.
Es un estilo “sin miedo”, sin miedo a evolucionar. La banda del Carmen es en muchos aspectos, una banda referente para otras bandas. La cuestión es mantener el estilo y; si en un momento determinado ese estilo se puede mejorar, lo mejoramos.
Lo que para nosotros son sagrados son los ensayos; para poder mantener el nivel de la banda y llegar a encontrar la exquisitez de cada pieza que tocamos, intentando de “rizar el rizo”.
-¿Creéis honestamente que habéis tocado techo?

Obviamente, no. Ya nos comenta entre risas que el día que él crea que dirige bien; está muerto. El día que el Carmen de Salteras se crea la mejor banda del mundo; ese día estaremos muertos.
Como decía Antonio Gala, “Los sevillanos se creen que están en la ciudad más bonita del mundo; lo malo es que, posiblemente lleven razón”. El día que nos creamos (aunque tuviésemos razón) que somos muy buenos; estamos muertos.
La música está viva, las interpretaciones están vivas. Marchas que tienen 100 años, que antes sonaban de una manera y; ahora la podemos hacer sonar mejor.
La música se interpreta mejor ahora que hace 100 años porque tenemos músicos mejores preparados.
Aquí también hay una cuestión histórica muy importante. Las bandas de música ya existían desde mucho antes, alrededor del mundo, de muchos estilos y se decidió ponerse detrás de un palio. Las bandas de CC y TT y las AM surgen en la necesidad de que los pasos de cristo lleven música. Esto sería un debate muy grande. Las bandas de música pueden hacer un repertorio que va más allá de la música procesional.
-Vivimos en una época cofrade en la que mucha gente piensa que un repertorio “alegre”; sólo por el hecho de ser alegre, es malo. y esto es un gran error.
Antes había una moda en la que menospreciaba el repertorio solemne o fúnebre por ser aburrido y se abusaba mucho del bombo, los platillos y los cascabeles. Las modas muchas veces imperan sin tener una base racional ni intelectual.
Ahora es otro tiempo y las bandas de música empiezan a acompañar a los cristos, con repertorios fúnebres. Estrella Sublime, del maestro López Farfán, ha cumplido hace poco 100 años; si hay alguien que pueda, que lo empate.
-¿Decidnos una marcha que no pueda faltar en vuestro repertorio?
“Soleá, dame la mano” (Manuel Font de Anta, 1918), “Pasa la Virgen Macarena” (Pedro Gámez Laserna, 1959), o “Amarguras” (Manuel Font de Anta, 1919); que es la única marcha que interpretamos todos los días de nuestra Semana Santa.
Como dato “histórico”, en 1983, la banda del Carmen de Salteras detrás de la Macarena, donde se llevaba un repertorio en el que se podían escuchar marchas tan importantes como “Virgen de las Aguas”, “Virgen de la Paz”, “Estrella sublime”, “Virgen de la Estrella”, “Esperanza Macarena”, “Coronación de la Macarena”, “Pasa la Virgen Macarena”, “Rocío”, “Amarguras”, “Nuestro Padre Jesús”, “Cristo de la Sangre”, “Hiniesta coronada”, “Pasan los campanilleros”, “Iones”, “Virgen del Valle”… formando un repertorio de 50 marchas. En aquellos tiempos, estas marchas eran esenciales.
-¿Hay algún compositor del que todavía no hayáis montado ninguna marcha y os gustaría montar?

Creemos honestamente que no; pero estamos abiertos a poder incorporar piezas de compositores que todavía no hayan trabajado con nosotros.
En un trío más sublime que “Jesús de las Penas” (Antonio Pantión Pérez, 1943), no se puede hacer más con menos; en una combinación tan sencilla de blancas, redondas y negras sin excesos. Sin embargo, hay compositores hoy día que intentan retorcer y recargar la música buscando no se sabe el qué.
Un ejemplo muy claro que podemos dar es el de un chico, amigo de la banda, que se ha asentado recientemente entre los compositores de renombre, que es Daniel Albarrán, que ha conseguido con su marcha “El mayor dolor” romper la baraja precisamente haciendo sublime una marcha con una construcción totalmente sencilla, rotunda y buena.
-¿La banda la dejaríais tal y como está o le cambiaríais algo?
Aquí hay cosas que son innegociables. La esencia de la banda (nunca estar al 100% conforme con lo que hacemos… etc), la vinculación con Salteras; donde cada Martes Santo el Carmen de Salteras toca en su pueblo.
El resto, es todo mejorable. Todos los directores artísticos que han pasado por el Carmen, han sabido mejorar a la banda.
Cada presidente que ha pasado por aquí ha intentado de mantener esa esencia con gran acierto.
Siempre se puede sacar algo más de la música. La autoexigencia es la que nos ha llevado a lo que somos, aunque nos queda todavía mucho camino que recorrer.
La banda es como un ente “estático”, pero en continua evolución. En la música nadie tiene la verdad absoluta. La música es una interpretación, es una ciencia imperfecta.
Lo que funciona bien, no se toca. Un ejemplo que podemos poner es que, nuestra antigua y recordada compañera Arantxa, nos recomendó cambiar las cornetas para pasar a cornetas de dos pistones. Aquello fue arriesgado, pero la banda salió ganando.
-¿Cuáles son las novedades musicales en el nuevo curso cofrade?

El 22 de marzo tocamos en Pizarra (Málaga) tras un cristo yacente, algo que se sale de lo común.
Durante 2024 hemos estrenado muchísimas marchas.
Después de Semana Santa… lo mismo estrenamos alguna marcha más…
-Decidme un momento que sea inolvidable para vosotros.
David nos dice que su manera de pensar siempre le dice que “lo mejor está por llegar”. Sin embargo, los compañeros me dijeron que me iba a quedar asombrado al pasar por C/Parra con la Macarena; y así fue…
-Un deseo para el nuevo año cofrade.
Principalmente, que no llueva y que todo vaya igual de bien que como todos estos anteriores años. Que todo lo que está planeado, se cumpla; y si hay algo que surja diferente, que sea para mejor.
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