Cuando un amigo se va…

Hoy me detengo en el tiempo para escribir unas sencillas pero humildes palabras que no me resulta nada fácil expresar.
Como bien decía la letra del grupo Amigos de Gines; algo se muere en el alma cuando un amigo se va.
Querido amigo y compañero; que duro se me hace escribir estas palabras, pero me sirven de desahogo y también de agradecimiento por el cariño y el afecto que le tenías (y le sigues teniendo) con especial atención a tu banda y a tus compañeros.
No hay nada más antinatural que unos padres tengan que despedir a un hijo. Tu mujer, tu familia, tus amigos, tus compañeros… tu banda; todos lloramos tu ausencia, una ausencia incompresible e injusta.
Al menos, desde nuestra fe cristiana, sabemos que ahora; donde estás, estás bien, mirándonos en cada momento, en cada segundo, como si no te hubieses ido.
La vida es la asignatura más difícil que existe
No es una despedida; es un “hasta luego”.
Tus redobles suenan más fuertes que nunca en el reino de nuestro señor.
Tus compañeros de la Pasión de Linares seguirán esperándote en cada ensayo para preparar la nueva cuaresma.
Cuida de nosotros mientras nos esperas en el cielo.
Hasta siempre, compañero.
Hasta siempre, amigo.
Hasta siempre, José Luís.
D.E.P.
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